Frente al Teatro Principal, en la calle de las Barcas, comenzó su andadura este mítico café de la mano de Teresa Fornés, donde era preparado por un procedimiento americano novedoso que impedía la evaporación de su aroma. Ya en el siglo XX cambió su ubicación, para situarlo en la esquina de la calle del poeta Querol.
¿Sabías que estuvo en funcionamiento casi ochenta años?
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