Inaugurado por Juan Caselles en 1850 en la concurrida calle de Zaragoza. Constaba de varios salones y un patio acristalado donde estaba situado el piano, que acompañaba las estancias de los clientes.
¿Sabías que pocos meses después, su propietario murió al ser arrastrada la diligencia en la que viajaba desde Barcelona a Valencia?
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